Seas millenial o no, negar que la tecnología ha cambiado nuestra forma de trabajar sería de necios. Este post está hecho a medida de las últimas propuestas de la Ley de la Propiedad Horizontal redactada por los Administradores de Fincas en España.
Propuestas con la finalidad de modernizar las comunidades de propietarios y permitir, por ejemplo, que un propietario pueda votar en una reunión de vecinos mediante una videoconferencia o cualquier otra herramienta online. A día de hoy la ley dice que los acuerdos solo se pueden adoptar por los propietarios que asisten a esas juntas de forma presencial o mediante representación.
“Las juntas virtuales, aunque son un gran avance, todavía no están respaldadas por la legislación vigente. Si bien es cierto que el reto de los administradores de fincas es adecuar la tecnología al día a día de las comunidades, la Ley de Protección Horizontal no regula la celebración de juntas a través de videoconferencias” señala Isabel Bajo, presidenta del Colegio de Administración de Fincas de Madrid.
Hay herramientas que sí están sirviendo para avanzar como pueden ser los grupos de WhatsApp, Telegram, grupos privados en Facebook, foros etc. Plataformas que permiten dejar atrás que “la del 2ºB se junte en las escaleras con el del 5ºC para hablar de las reformas hechas por el vecino del Bajo D”.
Gracias al uso de estas tecnologías los administradores de fincas pueden ahorrarse hasta un 70% del tiempo invertido en reuniones. Plataformas que animan a los propietarios a involucrarse en su comunidad a diario. Pueden proponer ideas, reservar instalaciones comunitarias (pista de tenis, local para cumpleaños) desde un smartphone.
La llegada de los buzones inteligentes también ha dejado su sello personal. Una tecnología que permite al propietario recibir sus pedidos online en sus casas sin necesidad de estar allí en el momento de entrega.
Aún existen muchas comunidades donde la mayor parte de los vecinos son personas mayores y no están acostumbradas a manejar herramientas online y no se acaban de adaptar a los nuevos cambios. De todos modos, y tal y como decíamos al principio del post, no hace falta ser millenial para darse cuenta de que no saber adaptarse a las nuevas tecnologías puede conllevar más inconvenientes que beneficios.